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El misterioso suicidio de Luigi Tenco después de fracasar en el festival de San Remo

El cantante italiano murió en extrañas circunstancias tras quedarse fuera de la final del certamen haciendo un dueto con la exitosa Dalida.

29/12/1966 - Luigi Tenco
Retrato del cantante italiano Luigi Tenco en Milán, Italia, a 29 de diciembre de 1966. Leemage / AFP

El 23 de enero de 1967, por la tarde, Luigi Tenco -29 años, cantautor, actor- bajó del tren en San Remo, la ciudad donde moriría tres días después. Acudió a regañadientes; tuvieron que convencerlo para participar en el 17º Festival della canzone italiana. Solo él podía saber si, por entonces, ya rumiaba la idea de quitarse la vida. Lo que seguramente no imaginaba es que las especulaciones sobre sus horas finales y las confrontaciones a la versión oficial se esparcirían por los periódicos, los libros y las décadas, hasta convertir el caso Tenco en uno de los episodios más recurrentes de la crónica negra italiana.

Su carrera musical se desarrolló desde principios de la década de los sesenta, recién entrado en la veintena, y se enmarcó en la posteriormente bautizada como escuela genovesa, aquel movimiento que revolucionó la canción de autor en Italia. En su primer disco ya aparecía Mi sono innamorato di te, una composición que hoy, seis décadas después, todavía suena regularmente en el país transalpino. Esa podría ser su pieza más afamada, aunque en cuanto a relevancia biográfica languidece frente a la que interpretó horas antes de suicidarse, cuyo título ya presagiaba despedida: Ciao amore, ciao.

Tras componer la melodía, Tenco probó hasta diez textos distintos que abarcaban temáticas dispares. La penúltima versión hablaba de trescientos jóvenes soldados que partían al frente y exhibía un marcado carácter antimilitarista. Las letras de Tenco, intelectual de izquierdas, habían chocado previamente contra el muro de la Comisión de censura, que le rechazó algunas canciones -la RAI lo vetó durante dos años-. En aquella ocasión, fue su compañía discográfica quien le aconsejó la modificación. Mantuvo el estribillo, pero el resto de la canción metamorfoseó a la desazón de un chaval de pueblo que llegaba a la gran ciudad, un tema aún candente en la Italia de la época.

Quien lo convenció para presentarse a San Remo fue Dalida, la rutilante modelo, cantante, actriz y presentadora italofrancesa nacida en El Cairo, aquella que comenzó su carrera venciendo en el certamen de Miss Egipto, luego se hizo un nombre en el cine y la música gala y vendió tantas copias que se convirtió en la primera mujer de la historia en obtener un disco de diamante.

Resulta complicado definir con nitidez la relación entre Luigi y Dalida: muchos aseguran que su unión profesional se extendía también a lo sentimental, como así parece confirmarlo el contenido de algunas cartas de Tenco, si no fuera porque se las enviaba a Valeria, una estudiante romana con quien mantenía un noviazgo. Lo que no admite dudas es que ambos, como pareja artística, se unieron en un dueto para el festival aquella noche del 26 de enero de 1967.

San Remo es un destino vacacional costero, ubicado en el noroeste del país, apenas a veinte kilómetros de la frontera con Francia y a tiro de piedra de Mónaco. A pesar del lujo que se le pueda presuponer al casino de la ciudad, a la sazón sede del certamen, el público podía llegar a ser verdaderamente duro con los intérpretes. Y eso lo sabía bien Luigi Tenco, que prefería componer antes que actuar en directo.

Para calmarse, recurrió a un medicamento regado con alcohol, mezcla que quizás templó sus ánimos, pero que lastró su interpretación. Ni el buen hacer de Dalida lo salvó. El estado etílico de Tenco se resume así: tras bajar del escenario, se quedó dormido sobre una mesa de billar.

El fracaso en el festival

La mala praxis policial fue uno de los factores que originó las teorías sobre la muerte de Luigi Tenco

Alguien lo despertó para comunicarle el resultado: la votación popular tan solo les había otorgado 38 votos de 900, relegándolos a la duodécima posición de dieciséis. Eliminados. Un fracaso sin paliativos que dejó a Tenco muy afectado. La comisión de expertos que se encargaba de la repesca decidió pasar a la última fase a una canción llamada La rivoluzione, que si hoy alguien la recuerda todavía es exclusivamente por este hecho.

Pese a su desilusión, Tenco aceptó la propuesta de Dalida para marcharse con unos amigos y personal de la RCA, su discográfica, rumbo al U'Nostromo. Era un buen restaurante junto al puerto, pero él ni siquiera llegó a cenar; decidió salir de allí y refugiarse en el Savoy, el fastuoso hotel donde se alojaba.

A partir de su regreso a la habitación 219, los hechos se entreveran con las conjeturas. La reconstrucción más aceptada de lo que allí ocurrió es que primero telefoneó al jefe de la RCA -que no contestó- y a Valeria -con quien habló largamente-. Era la una de la madrugada. Un rato después, un camarero del restaurante se acercó a Dalida para comunicarle que habían llamado desde el hotel porque Tenco no estaba bien.

Fue nada menos que Lucio Dalla, mito de la canción italiana que se alojaba en la habitación contigua, quien dio el aviso. Se encontró, según explicó, a su amigo Luigi con las piernas en el suelo. A las 2.10 llegó Dalida y encontró a su compañero muerto.

El primero de los ingredientes que suele reunir un caso que origina teorías durante décadas es la mala praxis policial, y la muerte de Luigi Tenco no fue una excepción: el comisario Arrigo Molinari comunicó a la prensa que el artista se había suicidado, pero lo hizo desde su casa, antes incluso de desplazarse a la escena del crimen y recoger la más mínima prueba.

Se rumorea que la organización prefirió agilizarlo todo para que el previsible escándalo no salpicase al festival. Fruto de esas prisas, la Policía retiró el cadáver y solo al llegar a la morgue cayeron en la cuenta de que no habían fotografiado nada, así que regresaron al hotel y trataron de recrearlo todo como buenamente recordaban.

De acuerdo a la versión oficial, Tenco disparó contra su propia sien una Walther Ppk 7.65, el arma que poseía. El informe médico localizó el agujero de entrada en la parte derecha de su cabeza, pero no fue posible encontrar el orificio de salida. Tampoco se realizó ninguna autopsia ni examen balístico alguno. En la habitación de hotel apareció esta nota manuscrita:

"He amado al público italiano y le he dedicado inútilmente cinco años de mi vida. Hago esto no porque esté cansado de la vida -todo lo contrario-, sino como acto de protesta contra un público que lleva a Io, tu e le rose a la final y a una comisión que selecciona La rivoluzione. Espero que sirva para aclararle las ideas a alguien. Adiós, Luigi".

De la posición del cuerpo a la nota manuscrita

Ese mismo público italiano que criticaba la nota, escrita la madrugada del sábado al domingo, agotó el lunes siguiente las 80.000 copias existentes de 'Ciao amore, ciao'

Ese mismo público italiano que criticaba la nota, escrita la madrugada del sábado al domingo, agotó el lunes siguiente las 80.000 copias existentes de Ciao amore, ciao. El interés mediático por el caso no decayó y los pedidos continuaron llegando: apenas un mes después, la cifra de ventas había ascendido hasta las 300.000.

Otro de los ingredientes, quizás el fundamental, para que un caso acabe en una espiral descontrolada de hipótesis es, precisamente, la atención de la prensa. Los ecos de lo ocurrido en el hotel Savoy resonaron y eso alimentó la teoría de la conspiración durante años, promovida en muchos casos por periodistas especializados en crímenes.

Quienes no aceptaban la versión oficial impugnaron casi uno por uno todos sus elementos. Entre otras cosas, se dijo que en la mano del cantante no se encontraron restos de pólvora, y que su pistola personal no fue disparada, sino una de la marca Beretta. Además, nadie oyó el disparo -ni siquiera Lucio Dalla desde la habitación de al lado-. Por último, también se dudó de la posición en la que apareció el cuerpo y de la veracidad de la nota manuscrita.

Evidentemente, el siguiente paso tras negar el suicidio era explicar quién había matado a Tenco, o al menos por qué. Ese apartado, el de las posibles causas, incluyó su militancia política, ya que pertenecía al Partido Comunista, y un viaje reciente a Argentina donde, supuestamente, contactó con la oposición radical. También se mencionó un extraño suceso en tierras italianas, referido por el propio Tenco, en el que dos coches intentaron sacarlo de la carretera -lo que motivó que se comprara la pistola-. Por último, cómo no, estaba la mafia: en concreto el clan de los marselleses, del que era miembro el antiguo novio de Dalida.

Además, como en cualquier conspiración que se precie debe jugar su papel la masonería, también acabó tangencialmente mezclada con este caso. Años después, cuando por motivos políticos salió a la luz la actividad de la logia Propaganda Due, se descubrió que pertenecían a ella tanto el ineficaz comisario, Arrigo Molinari, como Claudio Villa, el cantante que venció en aquella edición de San Remo.

El caso Tenco no solo inspiró reportajes y literatura negra. El genial cantautor Fabrizio De André, buen amigo suyo desde que se conocieran en Génova siendo niños, asistió al entierro y en el camino de vuelta comenzó a escribir una de las canciones más famosas de su primera etapa, Preghiera in gennaio. Ya el título, Plegaria en enero, remite a la fecha de la muerte de Tenco. El homenaje continuó con la letra; algunos versos hablan de que el paraíso también debe acoger a los suicidas.

De suicidios, desgraciadamente, supo mucho Dalida. Poco después de la muerte de Tenco, la diva reservó una habitación en un hotel parisino. No lo hizo con el nombre con el que era conocida carteleramente, sino con su verdadera identidad -Iolanda Cristina Gigliotti-. Allí ingirió barbitúricos suficientes para matarse, pero a última hora la salvó una empleada. El hotel, por cierto, era el Príncipe de Gales y la habitación la número 404, exactamente la que solía ocupar Luigi Tenco cuando viajaba a París. Además, la fecha elegida por Dalida fue el 27 de febrero, justo un mes después de la noche fatídica en San Remo.

El suicidio de Dalida

En 2014 aparecieron nuevas teorías a cargo de dos periodistas

Dalida también sufrió el suicidio de su segundo marido y de un antiguo novio. La imagen pública, repleta de éxitos, contrastaba con sus episodios depresivos. Volvió a intentar suicidarse veinte años después, en 1987, de nuevo con barbitúricos. Esa vez sí logró su objetivo. Dejó una nota escueta pero definitoria: "Perdonadme, la vida me resulta insoportable".

Tanto revuelo causaron durante tanto tiempo las hipótesis sobre la muerte del cantautor que un fiscal de San Remo decidió, en 2005, reabrir el caso después de una denuncia por homicidio presentada en 2002. "Molestaremos la paz del pobre Luigi Tenco por amor a la historia de la música", declaró el fiscal. En febrero de 2006, el cadáver fue exhumado del panteón familiar, en el cementerio de Ricaldone, en el Piamonte.

El análisis del cuerpo, mucho más detallado que el realizado cuatro décadas atrás, arrojó como principal novedad el hallazgo del orificio de salida de la bala que terminó con la vida de Tenco. A eso hay que añadir una partícula de antimonio encontrada sobre su mano, esto es, restos del disparo efectuado con su propia arma, la Walther Ppk. También se dictaminó que la nota era auténtica. Como resultado, según explicó el fiscal, "todas las comprobaciones realizadas confirman sin ninguna duda que se trató de un suicidio".

Esa tesis fue dada por buena, entre otros, por la propia familia de Tenco. Pero eso no significa que hayan terminado las investigaciones alternativas sobre lo que ocurrió en aquel festival de San Remo de 1967, ya que en 2014 aparecieron nuevas teorías a cargo de dos periodistas. Hay quien sigue pensando que no se han esclarecido por completo todos los interrogantes, pero a día de hoy el caso permanece, oficialmente, cerrado.

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